Moisés nació en tiempos tumultuosos, y luego se crió en el palacio del Faraón pero tuvo que huir al desierto donde se preparó para la difícil tarea que le esperaba. Finalmente, después de haber estado en Egipto durante 400 años, Dios decidió que su pueblo necesitaba irse, y el hombre destinado a guiarlos era Moisés.