Aislada del resto de Gran Bretaña y Europa, se encuentra la isla de Iona, frente a la costa de Escocia. Sin embargo, desde esta pequeña isla, árida y azotada por el viento, se sentiría un gran impacto a lo largo y ancho. Columba, ese gran misionero y formador de misioneros, hizo de ella su base y estableció una escuela que duraría varios siglos.